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Todos los órganos pélvicos están sostenidos por una red estable de tejido conectivo y músculos que los mantienen en su lugar. Factores como el embarazo pueden debilitar este sistema. Por ello, el prolapso de la vejiga o del útero afecta principalmente a las mujeres.
Un cistocele (también llamado prolapso vesical) ocurre cuando la vejiga desciende hacia la vagina y el suelo pélvico. El prolapso de los órganos pélvicos puede presentarse en varias formas, a menudo combinadas y con distinta gravedad:

Los siguientes síntomas pueden indicar un cistocele:
Un examen profesional realizado por un médico o terapeuta del suelo pélvico proporciona claridad sobre la causa y el grado de tus síntomas.
El embarazo y el parto son los desencadenantes más comunes, pero existen otras causas y factores de riesgo:
Todos los tipos de prolapso vaginal (cistocele, rectocele, prolapso uterino) se clasifican en cuatro grados según el sistema POP-Q (Pelvic Organ Prolapse Quantification System):
El anillo himenal se refiere a un fino anillo de tejido elástico situado justo en la entrada vaginal. Esta clasificación ayuda a determinar la gravedad y planificar el tratamiento.
Las opciones de tratamiento para el cistocele dependen de la gravedad de los síntomas y del grado de prolapso. Un médico o terapeuta del suelo pélvico puede indicarte cuál es la mejor opción para ti.
Un terapeuta del suelo pélvico puede enseñarte los ejercicios correctos y su técnica. Las bolas Kegel médicas con eficacia comprobada, como Viball®, pueden reforzar tu suelo pélvico en la vida diaria, incluso sin ejercicios activos:
Abordar y reducir las causas mencionadas es esencial para un tratamiento exitoso.
Los pesarios de soporte especiales pueden utilizarse para el prolapso de órganos pélvicos, pero los anticonceptivos no son adecuados.
La cirugía en una clínica especializada es la última opción cuando fallan los tratamientos conservadores. Explora primero todos los métodos no quirúrgicos.
Un prolapso leve de la pared vaginal anterior poco después del parto no es raro. El tejido conectivo aún necesita tiempo para recuperarse. Comienza con ejercicios suaves del suelo pélvico y aumenta la intensidad gradualmente. Empieza en posiciones horizontales: tumbada boca arriba, boca abajo o en posición de rodillas y codos. He desarrollado ejercicios especiales (con Viball®) que puedes encontrar más abajo. Viball® también se puede usar durante el día, fortaleciendo el suelo pélvico, la vagina y la vejiga. Efecto secundario agradable: estimulación erótica que beneficia tu salud pélvica.
Después de un año, el tejido conectivo suele haberse recuperado. Si no es así, busca consejo profesional para ajustar tu entrenamiento. Concéntrate en la contracción y relajación del suelo pélvico, trabajando fibras rápidas (FT) y lentas (ST). Las bolas Kegel médicas como Viball®, en varios tamaños y pesos, proporcionan estímulo adicional.
Con un entrenamiento constante y ajustes en el estilo de vida, a menudo se puede evitar la cirugía. Incluso después de una operación, los ejercicios de suelo pélvico siguen siendo necesarios, por lo que la prevención siempre es mejor que una intervención quirúrgica.
No todas las bolas Kegel fortalecen el suelo pélvico, a pesar de lo que afirma la industria erótica. Solo los productos médicos certificados como Viball® han demostrado su eficacia y seguridad. Actúan de dos formas:
Usa una Viball® grande (versión Light) durante las actividades diarias. Se mantiene en su lugar sin esfuerzo muscular. Las vibraciones suaves estimulan las fibras rápidas (importantes para el control de la vejiga), mientras que las vibraciones más fuertes fomentan contracciones conscientes y activan las fibras musculares.
Usa una Viball® más pequeña que requiera sujeción activa con los músculos pélvicos. Su peso ofrece un estímulo extra de entrenamiento y mejora la conciencia muscular durante los ejercicios.

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