La fisura anal es una dolorosa lesión en la mucosa del canal anal. Es frecuente y puede causar molestias e incomodidad. En este artículo analizamos las causas, los síntomas y las posibles opciones de tratamiento de este problema de salud común.
Índice:
Una fisura anal (también llamada desgarro anal) es una lesión de la mucosa en el centro del canal anal (anodermo), que provoca dolor especialmente durante la evacuación intestinal y en casos de estreñimiento. Las fisuras anales pueden presentarse de forma aguda o crónica. Esta guía ofrece información médica y consejos, además de una nueva opción de autocuidado con dilatadores FMS.
A menudo, la causa de las molestias es un espasmo anal (crónico) o una fuerte tensión del esfínter. Relajar el esfínter contraído y realizar un suave masaje para fortalecer los tejidos es la mejor forma de prevenir la evolución crónica y evitar una cirugía.
Cualquier persona puede sufrir una fisura anal, aunque es más frecuente entre los 30 y 40 años de edad. A continuación, un resumen de las causas y factores que contribuyen a su aparición:
La causa más común de las fisuras anales o espasmos anales es el estreñimiento y las heces duras. Cuanto más duras son las heces, mayor presión se necesita para expulsarlas, por lo que la alimentación adecuada es fundamental. También es importante el comportamiento durante la evacuación: una mala posición al sentarse puede dificultar la defecación y provocar una fisura anal. En este caso, se denomina fisura anal primaria. En nuestra guía sobre hemorroides ilustramos las recomendaciones sobre una postura correcta.
Las personas con enfermedades intestinales (crónicas) tienden con más frecuencia a sufrir espasmos anales y fisuras/desgarros anales. Patologías comunes asociadas a esta lesión del esfínter son hemorroides, diarreas persistentes, inflamaciones del recto (criptitis), mala circulación o espasmos excesivos en la región anal. Quienes padecen enfermedades inflamatorias crónicas como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa también presentan mayor riesgo. En estos casos, la medicina habla de fisura anal secundaria.
La penetración anal sin preparación, prácticas sexuales extremas como el fisting o la introducción de objetos grandes o inadecuados en el ano pueden causar espasmos dolorosos, lesiones en la mucosa y fisuras anales. Estas pueden tener consecuencias crónicas.
En la mayoría de los casos, no son las prácticas sexuales las que causan la lesión, sino la falta de cuidado o atención al explorar los límites físicos. Especialmente bajo los efectos del alcohol o drogas, a menudo se requiere ayuda médica o atención hospitalaria.
El especialista indicado para el dolor o problemas en la zona anal es el proctólogo o el gastroenterólogo. Normalmente, una descripción precisa de los síntomas por parte del paciente junto con una exploración visual y un examen táctil del área anal son suficientes para el diagnóstico.
En aproximadamente el 90 % de los casos, la fisura se observa en la posición de las 6 en punto (vista desde el explorador con el paciente en posición supina, hacia el coxis) y se extiende longitudinalmente hasta el centro, cerca y paralela al coxis. Menos frecuente es la posición a las 12 (hacia el perineo) y rara vez en otros puntos del esfínter. En la palpación se puede detectar un engrosamiento o una úlcera muy dolorosa. También se observa a menudo un tono elevado del esfínter (hipertonía), que puede llegar al espasmo anal.
En el diagnóstico se deben descartar hemorroides y trombosis hemorroidal. A veces, bajo anestesia local, el especialista realiza una proctoscopia (endoscopia rectal), generalmente después de la fase aguda, para descartar otras patologías. Si los síntomas persisten durante más de tres meses, la fisura se considera crónica. En este caso, los bordes de la herida suelen estar parcialmente cicatrizados, con una papila anal hipertrófica (muy grande), hinchazón e incluso una “plica” llamada papila centinela.

Los primeros síntomas evidentes suelen ser dolores intensos y punzantes (o ardor) durante la evacuación, acompañados de sangrado rojo brillante. Las molestias continúan después de ir al baño, y el ano puede picar o supurar. Cuando estos síntomas persisten durante varios días, a menudo se desarrolla un círculo vicioso: por miedo al dolor, el paciente retiene la evacuación, lo que endurece aún más las heces, aumenta el riesgo de lesión del esfínter y empeora la fisura. Esto causa más dolor, reduce la circulación sanguínea y complica la cicatrización.
Una solución eficiente y a la vez muy suave son los dilatadores FMS. Aquí te explicamos exactamente cómo actúan los dilatadores FMS en las fisuras anales y cómo utilizarlos.
Un aspecto clave en cualquier tratamiento anal es prevenir el estreñimiento y mantener heces blandas. Algunos médicos recetan supositorios laxantes combinados con pomadas analgésicas. Sin embargo, el tránsito intestinal suave también se puede conseguir con métodos naturales: alimentos ricos en fibra (cereales integrales, legumbres, verduras, frutas, patatas, ciruelas pasas) y mucha hidratación. Por el contrario, es recomendable reducir dulces como pasteles y chocolate. También es importante masticar bien los alimentos. Durante la evacuación, evita apresurarte o hacer demasiada presión; tómate tu tiempo.
La higiene es fundamental: después de limpiarte en seco, lava con agua o un paño húmedo. No se recomienda el papel higiénico húmedo, ya que destruye la flora cutánea y es poco ecológico. Para mantener la piel flexible y favorecer la cicatrización, puedes usar una pomada. Estas medidas son similares a las que describimos en la guía de tratamiento de hemorroides. Si después de tres meses los síntomas no mejoran, puede ser necesaria una cirugía llamada fisurectomía. Este procedimiento elimina el tejido afectado y crea una herida limpia que suele cicatrizar bien. Pero a menudo no es necesario llegar a eso:
La medida más importante en el tratamiento de fisura anal, desgarro anal o espasmo anal es reducir la tensión constante del esfínter, promoviendo su relajación.
La medicina convencional suele seguir este proceso: en la fase aguda, se aplican pomadas varias veces al día. Contienen un anestésico local y una sustancia relajante. El objetivo es: 1) aliviar el dolor durante la evacuación y evitar el retraso en ir al baño, y 2) relajar el esfínter y reducir los espasmos. Como alternativa a la cirugía en casos crónicos, se pueden usar inyecciones de toxina botulínica (Botox) en el esfínter para paralizar temporalmente el músculo, reduciendo la tensión. Puede aparecer una incontinencia temporal que desaparece cuando se desvanece el efecto del Botox.
Importante: Las pomadas y el Botox solo tratan los síntomas, no la causa. La mejora a largo plazo requiere autocuidado activo, técnicas de relajación y cambios de hábitos.
La dilatación (estiramiento) del ano con dilatadores aborda directamente la causa del problema. Además, el tratamiento puede ser realizado por la persona afectada sin necesidad de acudir al médico, en cualquier momento y según su comodidad.
Sin embargo, el uso de dilatadores tradicionales presenta ciertos inconvenientes:

Diferencias con los dilatadores convencionales:
Estas características garantizan una aplicación muy suave y eficaz.
Como producto sanitario certificado, su eficacia está comprobada. El vidrio de borosilicato es 100% higiénico, duradero y sostenible, y a diferencia del plástico es muy fácil de limpiar. A pesar de su buena capacidad de deslizamiento, siempre usa un lubricante de alta calidad.
Los dilatadores FMS de vidrio también se recomiendan para tratar:
Es una grieta o desgarro en la mucosa anal, normalmente en la parte superior del ano (hacia el coxis).
Dolor punzante durante y después de la evacuación, acompañado de sangrado visible en las heces o el papel higiénico. Por miedo al dolor, algunos pacientes retrasan el momento de ir al baño, lo que endurece las heces y agrava la fisura: un círculo vicioso.
Asegúrate de mantener las heces blandas: bebe suficiente agua y sigue una dieta adecuada. La posición en el inodoro debe ser correcta. Existen cremas anestésicas y relajantes, así como inyecciones de Botox. Como tratamiento personal, la dilatación suave del ano puede ayudar.
Las causas posibles incluyen el aplazamiento frecuente de la evacuación con ganas de defecar, estreñimiento, enfermedades intestinales crónicas, tratamientos médicos (p. ej. quimioterapia), prácticas sexuales poco cuidadosas o tensiones extremas causadas por traumas psicológicos.
No siempre, ya que existen varios métodos para tratarla con éxito de forma médica, natural o personal. Si dura más de tres meses, se considera crónica y puede recomendarse una cirugía.
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